La sustentabilidad como vía para implementar la Responsabilidad Social Empresarial
(RSE) en las empresas
El término Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se puede entender como un conjunto de
acciones donde las empresas deciden voluntariamente incluirse en el logro de una mejor sociedad,
así como también en el cuidado del medio ambiente.
Por Vilma Estefanía Tapias Benítez


Estas acciones requieren de una continua adaptación a los cambios que se producen en el entorno, y, además, deben tener un alto compromiso con las partes interesadas, como lo son los accionistas, empleados, clientes, comunidad, entre otros (Flores, 2017). La RSE es un concepto que toma cada vez más importancia en un contexto que resalta el dilema entre la producción masiva y la conservación de la naturaleza; además, hoy las empresas no pueden pensar en ser competitivas en el mercado si no tienen sentido de responsabilidad con la sociedad y el medio ambiente (Arenas et al, 2012).
Ahora bien, a pesar de lo expuesto, el tema de RSE está poco desarrollado y hay deficiencias en la gestión de dichas prácticas, por lo que no se han podido solucionar muchos de los problemas existentes en la sociedad y el ambiente. Inclusive, en diversos estudios se ha evidenciado la presencia de estas falencias en la RSE dentro de las empresas, en este sentido, ¿por qué no se logran cumplir a cabalidad los objetivos formulados por la RSE frente a los problemas socioambientales?
Para dar respuesta a esta cuestión, las empresas adoptan inmediatamente la RSE como respuesta a una moda y a la presión de la sociedad, para vender una imagen ética y mejorar su reputación. Esto es porque el mercado exige cada vez más atención a los temas sociales y ambientales presentes en el entorno y es obvio que las empresas desean la lealtad de los clientes hacia su marca. También existe una prevalencia del interés privado y la conservación de los medios económicos, donde no se le da la importancia necesaria al papel del medio ambiente y la comunidad. Adicionalmente, falta fortalecer la cooperación de las empresas con los diferentes grupos de interés, esto se evidencia por ejemplo en la brecha existente entre las buenas intenciones de las empresas de ser “socialmente responsables” y lo que aplican en la realidad, también en la falta de apoyo del gobierno a las pymes para implementar RSE. Por último, se tiene que las empresas carecen del conocimiento suficiente sobre RSE por lo que existen muchas iniciativas sin cumplimiento.

Asimismo, el concepto de RSE está estrechamente relacionado con el desarrollo sustentable, una doctrina que normalmente se confunde con “desarrollo sostenible” cuando en realidad son conceptos muy distintos, y es crucial que las empresas comprendan esta diferencia. Siguiendo a Jiménez (2018) la RSE debe vincular la doctrina de desarrollo sustentable para que de esa manera, pueda cumplir cabalmente su aspiración de transformar de manera conveniente la desastrosa situación social y ambiental vigente hoy en día, mientras que el desarrollo sostenible está intencionalmente alineado con el sistema capitalista y no podrá hacer frente a esta problemática.
Estas razones mencionadas anteriormente sustentan la tesis que afirma que las empresas no logran hacer frente efectivamente a los verdaderos problemas sociales y ambientales porque al implementar RSE se centran en fines paralelos (crematísticos, la búsqueda de una mejor imagen corporativa, responder a la presión del gobierno, entre otros), y además estas no vinculan la doctrina de desarrollo sustentable en estas prácticas.
En este texto se pretende analizar el contexto de las empresas en materia de RSE y se demuestra que estas prácticas no son del todo efectivas frente a los problemas socioambientales y no hay coherencia porque siguen fines paralelos. En primer lugar, las empresas adoptan inmediatamente la RSE como respuesta a una moda de prácticas responsables con la sociedad y el medio ambiente, para mejorar su reputación, pues el mercado exige una mayor atención a los temas sociales y ambientales presentes en el entorno y es obvio que las empresas desean lealtad de los clientes hacia su marca. Por otro lado, se tiene que varias empresas se inclinan por dar una respuesta “cosmética”, porque basan sus estrategias de marketing y publicidad para vender una imagen ética (Paredes Rodríguez y Plaza Santur, 2017).
En segundo lugar, existe una prevalencia del interés privado y la conservación de los medios económicos, donde el papel del medio ambiente y la comunidad pasan a un segundo plano. En este argumento existen dos vertientes. Por un lado, hay empresas que no se sienten motivadas a implementar acciones RSE porque consideran este tema únicamente como un gasto adicional y se limitan a cumplir con lo que la ley les exige, como se puede ver en (León y Santana, 2018). Por otro lado, las empresas se sienten motivadas para realizar inversiones RSE cuando hay incidencia en el aumento de los ingresos operacionales. En un estudio realizado en (Guzmán et al., 2017) se sustenta esta idea: mientras la inversión socioambiental aumentó en un 83 %, los ingresos aumentaron un 125 %; para Díaz (2017) la RSE se emplea como una estrategia que fortalece el posicionamiento de la marca, que, a su vez, genera un incremento en las ventas.

Finalmente, se tiene que las empresas carecen del conocimiento suficiente sobre RSE por lo que existen muchas iniciativas sin cumplimiento (Arenas et al, 2012). Se puede decir que existen dos perspectivas erróneas en lo referente a las prácticas RSE. En primer lugar, las empresas no tienen claridad en el concepto de la RSE y esto se refleja en la intencionalidad de las prácticas que aplican en la realidad, la cual no es coherente con los objetivos formulados por la RSE. Por ejemplo, asumir la RSE como una práctica de marketing y posicionamiento de marca, también como medio para aumentar la rentabilidad y responder a la presión del gobierno, esta es la perspectiva individualista.
En contraposición a esta, hay empresas que confunden las acciones RSE con el asistencialismo y la filantropía, aunque esta concepción no es del todo errónea porque a diferencia de la primera perspectiva, estas acciones se fundamentan en el bien común y el soporte a la comunidad, siguiendo a (Rodríguez y Andrés, 2017) generar planes de compromiso y apoyar causas sociales de forma desinteresada, sin esperar un retorno monetario o de reconocimiento puede contribuir efectivamente en la solución de problemas sociales y ambientales. Pero la RSE debe ser una filosofía de gestión que sea transversal a la dimensión social, ambiental y económica para que sean efectivas en lo que respecta a la generación de bienestar (Melamed-Varela et al, 2017).
A modo de conclusión, se puede comprobar que las empresas no logran hacer frente efectivamente a los verdaderos problemas sociales y ambientales porque al implementar RSE se centran en fines paralelos, y además se observa vinculan la doctrina de desarrollo sustentable en estas prácticas, porque en los estudios se evidencia que el desarrollo de la RSE ha tenido deficiencias. Primeramente, existe una prevalencia del interés privado para aumentar utilidades, y también la idea de que las acciones promueven una mejor imagen para la organización. Otra deficiencia es la falta de importancia que se le da al papel de la comunidad y al medio ambiente, que se demuestra en la falta de cooperación con los diferentes grupos de interés. Y, por último, se refleja un desconocimiento en el tema y falta de claridad en el concepto de la RSE. Todos estos aspectos se relacionan con la hipótesis expuesta por Jiménez (2018), donde la RSE al no vincular la doctrina de desarrollo sustentable, no se logra cumplir cabalmente la aspiración de transformar de manera conveniente la desastrosa situación social y ambiental de hoy en día, sino que más bien estas empresas siguen la doctrina de desarrollo sostenible que está alineada con el sistema capitalista y no puede hacer frente a esta problemática.
Autor
Vilma Estefanía Tapias Benítez
Consultora de marketing Cámara Verde de Comercio capítulo de Colombia, Investigadora en sostenibilidad
Referencias
Arenas Parra, E. A., Escobar Giraldo, E. C., Acosta Rodas, J. D., Monsalve Ospina, L. M., y
Oyola Arcila, E. D. (2012). Responsabilidad social empresarial. “Moda o compromiso real” (Bachelor's thesis, Universidad de Medellín).
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