“El futuro de la energía limpia para el Campo: una visión holística de los Agrofotovoltaicos”
Energía limpia, reducción de huella de carbono alimentaria, y las labores del campo. Tres conceptos que están unidos, ¿quién lo diría?
Actualmente, la agricultura constituye uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero en el mundo, como resultado de las actividades convencionales, la deforestación, el uso directo de combustibles fósiles en los procesos técnicos, y la cría de ganado. Lo anterior se estima que contribuye casi al 14% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero – GEI (Food and Fossil Fuels (S.F.) Earth and Overshoot Day).
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC por sus siglas en inglés), la tendencia del consumo de energía convencional en la agricultura ha ido aumentando desde mediados de 1971 cuando esta actividad representaba el 3% de la energía a nivel global, pero el 20% de las emisiones de GEI. Para el año 2050 se prevé que las cifras en millones de toneladas aumenten 30%, una situación alarmante teniendo en cuenta que cada año se generan entre 9800 millones y 16900 millones de toneladas de CO2 a través de la cadena alimentaria (Food and Fossil Fuels (S.F.) Earth and Overshoot Day).
Es importante anotar en este punto que la producción de alimentos conlleva diferentes fases como lo son el uso de los terrenos en el campo, los procesos técnicos realizados en las granjas, la alimentación del ganado o atención a los cultivos, la recolección de los productos, el transporte, y empacado. Todas son etapas donde de alguna u otra manera los combustibles fósiles están presentes; por ejemplo, en la cantidad de fertilizantes utilizados, agroquímicos, sustancias para irrigar los cultivos, el diésel que “mueve” la maquinaria en el campo, y por supuesto, a los medios de transporte que llevan los productos a los puntos de distribución.
Al estar inmersos en una realidad donde tenemos factores de alerta constantemente que nos rodean como: el incremento de los 1.5 grados Celsius, los acuerdos internacionales a partir de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas donde se busca reducir en un 55% los Gases de Efecto Invernadero, y el incremento poblacional que ha consumido desde el Siglo XXI más del doble de la energía y recursos alimenticios, se hace necesario si no inminente, buscar nuevas alternativas en el campo de la producción.
Es por este motivo que los Agrofotovoltaicos entran a jugar un rol crucial en la discusión.
Cuando se habla de este concepto, se está haciendo referencia al uso de la tierra tanto para producir energía fotovoltaica (que involucra las instalaciones de paneles solares “alimentados” por las radiaciones solares), así como el desarrollo de actividades propias de la ganadería y agricultura.
Asimismo, este sistema que fue propuesto hacia el año de 1982 y cuyo yo pilar es la mejora en la producción en aras de reducir cualquier forma de huella de carbono, es utilizado cuando se crean líneas de cultivo para poder instalar los paneles solares de manera intercalada, sustituyendo así, parte de la cubierta del techo de los invernaderos. Como resultado, el grado de inclinación trabaja a la par que la cantidad de radiación solar, proveyendo así la energía necesaria no sólo al cultivo en su proceso de fotosíntesis, sino a la operación completa que requiere de electricidad para funcionar.
Ahora bien, hay una variedad en el tipo de instalación que se construye, ya que no todos los campos son iguales ni presentan los mismos niveles de radiación, tipo de suelo, aridez, etc; pero los países que más “suenan” en la implementación de los Agrofotovoltaicos son Estados Unidos, Alemania, y Francia. En este sentido, algunos de los beneficios que se pueden evidenciar son los siguientes:
1. Mayor aprovechamiento de la tierra
2. Menor consumo del recurso hídrico utilizado, por ejemplo, para las labores de irrigación de los cultivos.
3. Posibles beneficios tributarios dependiendo del país en el que se encuentren y conforme a las políticas que el Gobierno respectivo brinde para quienes incentiven el uso de paneles solares.
4. Reducción del uso de combustibles fósiles para la implementación de labores en el campo.
5. Uso dual en el sentido de permitir la producción de alimentos y la generación de energía, factor que cobra relevancia teniendo en cuenta las metas internacionales de descarbonización a la par del incremento en la demanda de comida.
6. Abre la posibilidad de incrementar los empleos en el campo de los renovables, tecnificando y especializando aquellos ya existentes en la agricultura.
Lo anteriormente expuesto, no implica que haya hasta la fecha una adopción global de este sistema con investigaciones científicas desarrolladas al 100% donde se diluciden sus efectos, beneficios y retos sobre los cultivos y las cosechas. El acceso a los paneles solares fotovoltaicos todavía está en proceso ya que no es una tecnología económica, y no todas las naciones pueden proveerla a sus los agricultores y trabajadores en el campo. Sin embargo, a pesar de su adopción paulatina, es un sistema prometedor alternativo que puede contribuir a las metas del 2050 conforme al Acuerdo de Paris, que prometen llegar a cero calorías de combustibles fósiles utilizadas por cada caloría de comida producida.
¿Será posible?
Cerremos esta interesante discusión con el siguiente ejemplo donde la novedad de la tendencia tecnológica es llevada a solucionar más de una problemática, dejando al público espectador con ilusiones frente al futuro.
En España se combinaron en la planta de Sevilla, la apicultura, la agricultura y los Agrofotovoltaicos de manera una bastante ingeniosa. Cultivaron hierbas aromáticas, salvia, romero y cilantro, a la par que instalaron 60 colmenas que mejoraron la calidad de dichos cultivos en la medida en que se aumentó directamente el grado de polinización producido por las abejas. Estas últimas terminaban generando lo que se conoce como “miel solar”.
Recordemos que las abejas son responsables de la polinización del 70% de las especies en La Tierra, garantizando aproximadamente la producción del 35% de la comida a nivel global. Su protección es fundamental para la supervivencia del ser humano en los próximos años teniendo en cuenta la inminente crisis del calentamiento global.
Una revolución tecnológica que combina los avances más recientes en el mundo de los renovables, las actividades ancestrales más importantes del ser humano y la solución a una problemática ambiental evidente.
Bienvenidos a los próximos 27 años.
Autor
Lina Paéz Otero
Abogada y politóloga del sector Midstream en Colombia, Escritora y Conferencista en asuntos ambientales
lm.paez05@gmail.com
Referencias
1.Food and Fossil Fuels (S.F.) Earth and Overshoot Day. Recuperado el 9 de septiembre de 2024, de https://overshoot.footprintnetwork.org/food-and-fossil-fuels/#:~:text=In%20industrial%20agriculture%2C%20crops%20are,food%20distribution%20across%20the%20world.
2.Agrophotovoltaic systems: applications, challenges, and opportunities. A review (Junio 19, 2029). Recuperado el 2 de septiembre de 2024, de https://link.springer.com/article/10.1007/s13593-019-0581-3
3.Turning electricity into food: the role of renewable energy in the future of agriculture (Agosto, 2013). Recuperado el 11 de septiembre de 2011, de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0959652613002291
4.All benefits of agrivoltaics (S.F.). Enel Green Power. Recuperado el 3 de septiembre de 2024, de https://www.enelgreenpower.com/stories/benefits-agrivoltaics
5.¿Por qué la Agrovoltaica cambiará el mundo? (S.F.) Tendencias Tecnológicas. Recuperado el 11 de septiembre de 2024, de https://www.youtube.com/watch?v=L0ZLJ6dVgCk
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