Desierto de Atacama: Belleza prístina, moda y una realidad oculta
El norte de Chile alberga uno de los desiertos más bellos y singulares del mundo: el desierto de Atacama. Este paisaje de cielos prístinos y biodiversidad única es también el hogar de iniciativas científicas de alcance global y un destino que cautiva a viajeros de todo el mundo.
Sin embargo, en su inmensidad también se oculta una realidad impactante y desgarradora: toneladas de basura textil que han convertido parte de este territorio en un vertedero a cielo abierto.
Dar cuenta de esta realidad fue posible gracias a la invitación de Johana Fernández, directora de Runway Fashion Design (RFD), quien convocó a Catalina Droguett, reconocida eco periodista chilena e incansable promotora de la sostenibilidad en Latinoamérica, y también a mí para colaborar en la documentación audiovisual de esta problemática.Gracias a esta colaboración, pudimos ser testigos en primera línea de una situación que exige atención urgente.
Conforme nos adentramos en el desierto, el aire comienza a cambiar. Se torna denso, cargado
de humo y se hace presente un fuerte olor a descomposición. Se alzan columnas de cenizas sobre el suelo, un paisaje que contrasta radicalmente con la majestuosidad natural del desierto. En medio de este entorno desolador, aparecen estructuras improvisadas, refugios precarios que intentan dar cobijo a quienes viven entre los desechos textiles, sin acceso a agua potable ni condiciones dignas. Cada rincón del lugar cuenta una historia de abandono y precariedad.
La tarea de documentar estas condiciones es desafiante. Existen sectores donde la resistencia a ser observados es palpable, ya que quienes ven en esta situación una forma de sustento temen la interferencia externa. Sin embargo, dar visibilidad a esta crisis es vital para generar conciencia y movilizar soluciones.
Transformar desechos en esperanza
A pesar de este sombrío panorama, hay quienes trabajan para devolver la luz y la esperanza.
En la Región de Tarapacá, surgen iniciativas que reimaginan el futuro. Diseñadoras y artesanas locales han encontrado en los desechos textiles una oportunidad para crear prendas únicas que no solo representan reciclaje, sino también historias de resiliencia y creatividad. Estas piezas son el resultado de un esfuerzo colectivo que busca transformar la basura en soluciones sostenibles.
Por medio de talleres especializados, RFD con apoyo del Gobierno local, está capacitando a personas para desarrollar habilidades en la confección de ropa a partir de desechos. Estos espacios no solo promueven la sostenibilidad, sino que también ofrecen una oportunidad de desarrollo personal y económico, evidenciando que incluso en medio de la adversidad, es posible construir un futuro más prometedor.
Un llamado urgente a la acción: Responsabilidad local y global
La magnitud del problema en el desierto no solo es ambiental, sino también social y administrativo. La falta de controles efectivos y una fiscalización adecuada ha permitido que estos vertederos textiles crezcan sin restricciones, convirtiéndose en un símbolo de los desafíos que enfrentamos en la gestión de residuos y el consumo responsable.
Cada año, alrededor de 59.000 toneladas de ropa usada llegan al norte de Chile desde Europa, Asia y Norteamérica. Solo una pequeña fracción de estas prendas es reutilizada o vendida, mientras el resto termina abandonada o incinerada, contaminando el suelo y liberando micro plásticos que afectan la biodiversidad y las aguas subterráneas. Además, la quema de estas prendas libera toxinas que impactan la salud de quienes habitan cerca y, potencialmente, llegan a áreas urbanas como Iquique.
A nivel global, esta situación pone en evidencia la necesidad de fortalecer los marcos legales, educar sobre consumo consciente y fomentar modelos de economía circular que permitan reducir el impacto de estos residuos textiles.
Soluciones para un futuro sostenible: La responsabilidad de todos
La problemática de la basura textil en el desierto nos invita a reflexionar y actuar, asumiendo responsabilidades compartidas entre autoridades, empresas, la sociedad civil y cada individuo.
Para abordar esta crisis de manera efectiva, es crucial implementar soluciones en varios niveles.
1. Educación desde etapas tempranas:
La base del cambio comienza en las aulas. Incluir en los planes educativos conceptos como sostenibilidad, consumo responsable y economía circular desde etapas tempranas es esencial para formar generaciones conscientes de su impacto en el medio ambiente.
2. Apoyo a iniciativas locales:
Es fundamental seguir impulsando proyectos como los de Runway Fashion Design (RFD), que lidera en Latinoamérica con un modelo que fomenta la formación, visibilización e internacionalización de la industria creativa local. Estas iniciativas no solo promueven el talento de diseñadores y artesanos que adoptan técnicas sostenibles, sino que también fortalecen la economía local y nacional.
3. Organización de la comunidad civil:
La comunidad tiene el poder de generar cambios significativos mediante la organización y la presión hacia las autoridades para garantizar que se implementen y cumplan políticas efectivas. Desde la participación en instancias ciudadanas hasta la
creación de redes de apoyo, el involucramiento de todos es clave.
4. El rol de Cámara Verde Chile:
Cámara Verde Chile tiene la oportunidad de ser un actor clave en esta causa, apoyando mediante programas de capacitación, organización y gestión, y promoviendo la economía circular a través de la visibilización de emprendedores y artesanos. Además, puede jugar un rol de intermediación con autoridades para avanzar en la implementación de leyes o normativas asociadas.
5. Conciencia personal y consumo responsable:
A nivel personal, cada uno de nosotros puede contribuir al cambio. Reducir el consumo de moda rápida, extender el uso de nuestras prendas, reinventarlas y optar por ropa de mayor calidad y materiales sostenibles son acciones que marcan la diferencia.
6. Economía circular y visibilización:
Es crucial apoyar y dar visibilidad a los emprendedores y artesanos que, mediante su arte y creatividad, proponen soluciones innovadoras y sostenibles. Estas iniciativas son el ejemplo perfecto de cómo transformar un problema en una oportunidad para crear un impacto positivo.
Este no es solo un problema del desierto de Atacama o de Chile; es un desafío global que requiere una respuesta coordinada y comprometida. Desde la educación hasta el consumo, todos tenemos un papel que jugar para garantizar que historias como estas no se repitan, y que en lugar de cenizas y humo,construyamos un futuro lleno de creatividad, sostenibilidad y esperanza.
Autor
Pablo Ahumada
Director de marketing Cámara Verde Chile
Co Fundador de Impúlsa-T Chile